De los tiempos en que los dioses gobernaban desde el Olimpo, surge una historia tan épica como el mismo universo que habitaban. Esta es la leyenda de Psique y Eros, un cuento de amor, pasión, desafíos y sacrificios que resonó a través de los siglos. Todo comenzó con una princesa mortal, Psique, cuya belleza era tan extraordinaria que eclipsaba incluso a la diosa del amor, Afrodita.
La gente venía de todas partes para admirarla, y sus templos estaban desiertos mientras todos adoraban a la joven princesa. Este despliegue de devoción a Psique despertó los celos de Afrodita, quien, sintiéndose amenazada en su propio reino, decidió tomar medidas drásticas.
Afrodita, con su corazón lleno de ira y su mente llena de planes maliciosos, ordenó a su hijo, Eros, el dios del amor, que usara sus flechas doradas para hacer que Psique se enamorara del ser más vil y repugnante del mundo. Sin embargo, cuando Eros vio a Psique, quedó cautivado por su belleza y decidió desobedecer a su madre, dejando que la princesa mortal siguiera siendo libre de elegir su propio destino en el amor.
Psique, por su parte, vivía en la ignorancia de los designios divinos que se tramaban en su contra. Ella anhelaba el amor verdadero, pero su destino pronto la llevaría a una serie de desafíos inimaginables que pondrían a prueba su fuerza y su corazón.
El pueblo en su fervor, comenzó a comparar a Psique con Afrodita, lo que enfureció aún más a la diosa. Decidida a castigar a la princesa mortal y poner fin a su adoración, Afrodita lanzó un hechizo sobre Psique, haciendo que todas las criaturas y la naturaleza misma se volvieran contra ella. Animales salvajes la atacaban, plantas espinosas rasgaban su piel, y el viento frío soplaba con furia a su alrededor.
Sin embargo, la belleza de Psique no se desvaneció, y su corazón permaneció puro a pesar de las adversidades. Desesperada, Psique buscó consejo en el oráculo, que le advirtió que nunca podría encontrar un amor verdadero mientras estuviera bajo la ira de Afrodita. La única esperanza para su redención era buscar a Eros, el dios del amor, y ganarse su favor.
Con valentía y determinación, Psique se embarcó en un viaje peligroso para encontrar a Eros. Su camino la llevó a través de paisajes inhóspitos y desafíos mortales. En su viaje, fue ayudada por criaturas míticas y dioses benevolentes que simpatizaban con su causa. Finalmente, después de superar innumerables pruebas, llegó al templo de Eros y se postró ante él, implorando su ayuda y perdón.
Conmovido por la valentía y la pureza de Psique, Eros decidió enfrentarse a su madre y restaurar la paz en su vida. Con su habilidad para manipular los corazones, Eros convocó a Zeus y los demás dioses del Olimpo para intervenir en su nombre. Después de escuchar la súplica de Eros y ver la devoción de Psique, los dioses decidieron intervenir y poner fin al conflicto entre Afrodita y la princesa mortal.
Afrodita, confrontada por la voluntad de los dioses y el amor sincero de Psique, finalmente cedió. Reconociendo la fuerza y la pureza del amor entre Psique y Eros, la diosa concedió su bendición a la pareja y les permitió estar juntos para siempre.
Psique y Eros se unieron en un matrimonio sagrado, sellando su amor con la promesa de nunca separarse. Su historia se convirtió en una leyenda, recordada y celebrada por generaciones posteriores como un ejemplo del poder del amor verdadero para superar incluso los desafíos más difíciles.
Son muchos los artistas que representaron este gran mito. Hay esculturas hermosas y escultores sorprendentes, personas que logran con sus manos lo imposible. Una escultura que roza los límites de la perfección y que en detalle asombra aún más, un trío perfecto... Psique, Eros y El Gran Canova, reunidos en una obra fundamental.
Como gran escultor de finales del siglo XVIII, Antonio Canova disfrutó de un importante reconocimiento en Europa. Nacido en la provincia de Treviso, en ese momento posesión de la República de Venecia, ingresó en la Academia de Venecia como pintor y escultor. En 1779 se trasladó a Roma y rápidamente se encontró al frente de un gran taller visitado por muchos viajeros.
Canova desarrolló un estilo único, influenciado por sus numerosos estudios de arte antiguo. Produjo arte neoclásico , donde sus personajes tienen formas refinadas y actitudes tranquilas.
El artista concede gran importancia a la línea y al dibujo, cuyos contornos claros se encuentran en sus esculturas. Teseo y el Minotauro, que ya hemos publicando en La Vida es Arte, terminado en 1782, es el primer grupo escultórico en el que Antonio Canova desarrolló este estilo, inspirado en el ilustre Torso del Belvedere del Vaticano.
La Obra
Psique reanimada por el beso del amor.
Títulos alternativos: El amor de Psique o El beso
Antonio Canova
Grupo escultórico en mármol blanco
Tamaño: 1.55 m x 1.68 m
Finalización: 1793
Estilo: Neoclásico
Ubicación: Museo del Louvre