Lamia, uno de los demonios menos conocidos de la mitología griega, la cambiadora de forma que según algunos investigadores, dice mucho sobre los temores masculinos con respecto al poder ejercido por las mujeres. Conocida como un demonio femenino que devoraba niños, Lamia fue retratada en "Paz", la comedia del siglo V a.C. del dramaturgo griego Aristófanes.
Curiosamente, sin embargo, desaparece de la historia antes de resurgir en la literatura europea de los siglos XVII y XVIII, sobre todo en la poesía romántica de John Keats.
Los demonios en la mitología griega antigua representaban un poder sobrenatural no muy diferente del que tenían los dioses griegos. En las obras de Homero, el término se usa casi indistintamente con “theos”, para un dios. Los expertos dicen, sin embargo, que la distinción allí es que "theos" enfatiza la personalidad del dios y "demonio" su actividad.
Es por eso que el término "demonio" se aplicó regularmente a sucesos sobrenaturales repentinos o inesperados. Los comentarios antiguos sobre la obra de Aristófanes llamada “Paz” explican el papel que jugó Lamia en la mitología griega. Ella era una reina de lo que ahora es Libia, amada por Zeus, el más grande de todos los dioses griegos.
Es por ello, que cuando la esposa de Zeus, Hera, que como ya hemos contado en La Vida es Arte, tenía cero tolerancia a los recurrentes cuernos de su marido, robó los hijos de esta unión, Lamia emprendió una ola de asesinatos, destruyendo a todos los niños que podía atraer con su poder. Incluso, se sabía que las madres atenienses, la usaban como una amenaza para asustar a los niños que se portaban mal.
Lamia era descripta como un "demonio". En su relato, ella era una mujer hermosa que seducía a los jóvenes para devorarlos.
Esta representación aterradora de mujeres en forma de monstruos no es nada nuevo en la mitología griega; de hecho, es parte de una serie de representaciones de mujeres disfrazadas de varios monstruos y demonios cuya mera existencia representa una amenaza para los demás, especialmente para los hombres.
Algunas historias representan a Lamia con la parte superior del cuerpo de una mujer pero la mitad inferior de una serpiente. Otros relatos de la mitología griega la representan como una mujer con patas, escamas y genitales masculinos, o incluso como un enjambre de múltiples monstruos que parecen vampiros.
Independientemente del relato, el poder maligno dominante de Lamia sigue siendo el mismo: ella roba y se come a los niños. En cualquier sociedad donde la crianza de los niños es el papel primordial de una mujer, ¿qué podría ser más horrible? ¿Qué podría representar una amenaza existencial mayor para la sociedad misma?
LA OBRA
Lamia
Herbert James Draper
Fecha 1909
Técnica óleo sobre tela
Dimensiones Altura: 127,0 cm; Ancho: 69,0 cm
Colección privada
Exhibicion History Royal Academy, Burlington House
