A principios de la década de 1880, William Bouguereau, estaba en el apogeo de su carrera profesional. Su creciente popularidad y reputación dieron como resultado un programa de exposiciones exigente, así como varios nombramientos académicos y administrativos de prestigio.
El hábito de toda la vida de Bouguereau de dedicar varias horas al día a su pintura, que consideraba esencial para el sentido de armonía y equilibrio en su vida, ahora tenía que combinarse con su estatura como un importante artista internacional y un miembro destacado del arte francés. Entre 1878 y 1884, Bouguereau realizó aproximadamente cincuenta pinturas, incluidas catorce obras de más de tres metros de altura, que se exhibieron en el Salón. Fue durante este período de seis años de actividad sin precedentes que Bouguereau comenzó a pintar La Jeunesse de Bacchus , la obra más exigente y desafiante de su carrera. Lo tituló La Jeunesse de Bacchus (La juventud de Baco) , aunque L'Enfance de Bacchus (La infancia de Baco o La educación de Baco) podría haber sido más apropiado.
En el vasto lienzo de Bouguereau aparecen once figuras femeninas y masculinas de tamaño natural, contra un paisaje boscoso. En la sombra de la izquierda, dos sátiros intentan sostener a Silenus, que se tambalea precariamente sobre un burro. En la sombra de la derecha, dos centauros bailan al son de un aulos (flauta doble). Sus animados movimientos proporcionan un eco lejano de lo que ocurre en el centro de la composición, donde un grupo de vivaces danzantes forman un círculo alrededor de un fauno, que lleva al niño Baco sobre sus hombros.
La decisión de Bouguereau de pintar una bacanal, un tema que a menudo se usaba como pretexto para la representación del desnudo femenino liberado, puso al artista en un camino que venía con su propio conjunto de convenciones, expectativas y reglas. Para cada una de sus figuras, ya fueran ménades y bacantes o los machos que las acompañaban, el artista tenía que sugerir visualmente un convincente movimiento de danza que las levantara del suelo. También tuvo que impartir un ritmo y una cadencia a la composición como un todo, energizándola en términos amplios y específicos.
Los críticos del Salón de 1884 no dejaron de señalar las deficiencias percibidas de Bouguereau en este sentido, y en particular la ausencia de tensión y energía eróticas en un grupo de ninfas que parecen más cercanas en espíritu a las obras de Andrea Mantegna que a los de Tiziano, Carracci, o Poussin, que de otro modo parecería haberlos inspirado. De hecho, la importancia del dibujo en La Jeunesse de Bacchus , la fluidez de la composición y la paleta, en la que los tonos se equilibran universal y armoniosamente, la sitúan firmemente dentro de los mundos neoclásico y decorativo más que en las tradiciones bacanales. Sin embargo, es precisamente en estas desviaciones y diferencias donde se comprende mejor y más claramente la notable originalidad de la pintura, y del propio artista.
La Jeunesse de Bacchus fue indiscutiblemente el ejemplo más importante y magistral de pintura académica en cualquier parte del mundo en el momento de su debut en el Salón. El deseo declarado de Bouguereau era “superar a Raphael”; aquí, obviamente, el artista no descuidó nada para lograr su ambición. Y, sin embargo, increíblemente, Bouguereau no recibió la médaille d'honneur y la gran obra nunca fue comprada durante la carrera del artista. La obra maestra de la pintura del siglo XIX permaneció en el estudio del artista durante casi 135 años, restringida al mercado y al público por igual.
El vídeo
LA OBRA
La juventud de Baco
La Jeunesse de Bacchus
Artista : William-Adolphe Bouguereau
Período : Neoclasicismo
Fecha de creación : 1884
Ubicación : Colección privada
