En resumen, fue abandonada en algún lugar de Arcadia. Éste podría haber sido el final para nuestra joven heroína, pero el Destino tenía planes muy diferentes para ella.
El mito, que más que mito parece telenovela latinoamericana dice más o menos asi...
Una osa seguía un sendero en busca de comida y ahí entre los pastizales, encontró un bebé: Atalanta. Claro, no es cuestion de andar probando esto con tus hijos, pero resulta que la madre oso, decidió amamantar al bebé. Y así, Atalanta sobrevivió perfectamente bajo el cuidado de la osa hasta que llegaron algunos cazadores. No sabemos que pasó con la osa, pero los cazadores criaron finalmente a la niña.
Atalanta se convirtió en una de las mujeres más bellas del mundo. Y a pesar de los infructuosos intentos de cientos de fans, decidió permanecer virgen. Además de su belleza, podía competir y luchar contra cualquier hombre y era una excelente cazadora, como su diosa y patrona Artemisa (Diana). Por ejemplo, ella venció a Peleo, el futuro padre de Aquiles y de quién ya hemos hablado en La Vida es Arte, en un combate de lucha libre. Desde muy joven tuvo que defenderse de los depredadores, y no hablo de osos o leones, claro está.
Los primeros que "cobraron" fueron dos centauros, Rhoecus e Hylaeus, que intentaron violarla. Con calma los derribó e hicieron el ridículo públicamente.
Era lo suficientemente guerrera y muy respetada, tanto que incluso le preguntó a Jason, el de los Argonautas, si podía acompañarlo. Dicen las malas lenguas que el muchacho un tanto egocéntrico, rechazó su oferta de mala gana, una mujer a bordo, ni pensarlo se dijo. A mí me parece que temía la competencia. Había una tradición en Calydon, que luego se imitó en muchas otras regiones: los primeros frutos de la cosecha se sacrificaban a los dioses. Esto se hacía para mantenerlos apaciguados y mostrar respeto a las deidades. Desafortunadamente, el Rey Oeneus, "accidentalmente" omitió un sacrificio a Artemisa, y ésa sí que no era una idea muy buena. Artemisa, furiosa por la negligencia de Oeneus, envió sobre ellos al jabalí Calidoniano. Un jabalí que era realmente grande y despiadado, un hijo de Echidna. Tenía todas las cosas desagradables de un jabalí, además de un carácter que te la voglio dire.
El jabalí devastó Calydon, destruyendo cultivos, ganado y personas. El rey Oeneus, golpeado como nunca antes, entendió claramente la lección recibida y llamó a los hombres más nobles y a nuestra amiga Atalanta para luchar contra la bestia, el jabalí claro.
Incluso su hijo Meleager se unió al equipo. La piel del jabalí se ofreció como recompensa al hombre que pudiera matarlo. Pero aquí hace su aparición triunfal nuestra heroína Atalanta. Como podrás imaginarte, los nobles no estaban interesados en pelear junto a una mujer, menos en esas épocas de machirulismo exacerbado (como diría alguien que conozco) más aún, una con la reputación de Atalanta, mirá si todavía encima los vencía, en fin. Afortunadamente para Atalanta, Meleager estaba enamorado de ella, bah... el barrio entero en realidad y convenció a los otros hombres para que la incluyeran. Las cosas que se hacen por amor...
La caza estaba en marcha. Atalanta fue la primero en ver a la bestia y la más rápida en disparar. Anfiarao, otro joven del grupo, hizo lo mismo con una flecha en el ojo de la bestia. Meleager, que se quería hacer el lindo con la chica, tomó su lanza y se la lanzó al Jabalí. Casi lo logró, pero el jabalí era lo suficientemente grande como para seguir adelante a pesar de sus heridas, y casi mató a Meleager, sino fuera por la rápida acción de Atalanta. Meleager consiguió la piel y el crédito, después de todo, era su lanza la que había infligido la herida mortal, pero el muchacho estaba lo suficientemente enamorado, por lo que cedió el premio y el reconocimiento a Atalanta. Los otros cazadores, se sentían por decirlo elegantemente, "bastante inseguros con su propia masculinidad", no les gustaba ni medio la idea de que Atalanta, una mujer, tomara la piel del jabalí en lugar de los hombres. Especialmente los tíos de Meleager, le dijeron que si no quería la piel todo bien, pero ellos se la quedarían, "por derecho de sangre". Meleager, enloqueció y mató a sus tíos, si ésto les parece una gran reacción por muy poco, es que no vieron Juego de Tronos. Luego, devolvió la piel a Atalanta. Su madre, Althaea, "la suegra" no podía perdonarlo por la muerte de su hermano, y mató a Meleager arrojándolo al fuego.
Atalanta cada día que pasaba, conseguía una mayor reputación de buena cazadora, y cada vez tenía más seguidores-acosadores.
Un día recibió un aviso de su padre, el abandonador, que la que quería de regreso, pues ahora se había transformado en un gran partido. La muchacha, regresó a la casa paterna, con la condición de que ella pudiera seguir siendo virgen. Su padre estuvo de acuerdo, pero pronto los pretendientes a los que le había llegado la primavera a full, empujaron las puertas y su padre no tuvo más remedio que entregarla o morir. Grande Pá!
La cosa se ponía candente, por lo que Atalanta y su padre, decidieron que ella se casaría con el hombre que pudiera vencerla en una carrera a pie, pero que aquel que perdiera, moriría. Chan...
Quienes la conocían, rieron en silencio, pues estaban completamente seguros, especialmente ella, que ningún hombre la vencería nunca y que pasado el tiempo, las muchas ejecuciones frenarían el flujo de pretendientes y sus "cariñosas intenciones".
Varios lo intentaron y fracasaron, pero hubo un hombre: Hippómenes, que era excepcionalmente inteligente. Primero se acercó a Afrodita y le habló de la cazadora virgen, suplicándole por su ayuda. Afrodita, que no le gustaba nada la idea de las vírgenes en general, con mucho gusto le dio tres manzanas de oro irresistibles, para que llevara a la carrera con la chica e instrucciones detalladas de como usarlas. Manzanas Garantizadas o le devolvemos su dinero!
Agradeciéndole, volvió "a la carrera" a cortejar a Atalanta.
La cazadora lo vio, y se lamentó que un hombre tan guapo tuviera que morir, pero recordó que no estaba para nada interesada en el matrimonio y se le pasó la pena. Además, era super competitiva y le gustaba ganar siempre.
La cosa, es que el bueno de Hippomenes lanzó una última oración a Afrodita y caminó hacia la línea de salida. La carrera comenzó. Favor de leer con voz de relator hípico.
"Hippómenes corre como flecha en un gran comienzo, pero Atalanta acelera y lo pasa sin mucho esfuerzo. Hipo arroja la primera de sus manzanas de oro un poco por delante de Atalanta y algo fuera de la pista. Atalanta observa el movimiento, desea la manzana, como aseguró Afrodita y se detiene un momento para recogerla. Hippómenes supera a Atalanta, rezando en agradecimiento a Afrodita mientras corre. Pero Atalanta, atrapa la manzana y lo vuelve a superar. Esta vez, Hippómenes lanza su Manzana Dorada más profundo en los arbustos y cuando Atalanta se detiene, está vez le toma un tiempo más retomar la competencia. Hippómenes corre dejándolo todo, incluso la vida, literalmente. Pero antes de darse cuenta, la veloz Atalanta, lo supera una vez más y poco antes de la línea de meta. Hippómenes arroja su última manzana a la maleza, rezando como loco a Afrodita. Allí van cabeza a cabeza. Atalanta sigue corriendo un momento pero se desvía hacia la manzana, tenía que tenerla. Cuando sale de los arbustos, es tarde, e Hippómenes ha alcanzado con ayuda de Afrodita, los dioses antiguos y los nuevos y la mar en coche, la meta.
El relator fuera de sí, grita: Y cruzaroooon el disco!!!"
Bueno, algunos dirán: colorin colorado para el muchacho!, pero Hippómenes, con la alegría de haber ganado su premio, y a pesar de haberle rezado todo el camino, olvidó un pequeño detalle, podés creer! En vez de agradecer por los favores recibidos y por recibir, a Afrodita, que tenía fama tanto de hermosa como de rencorosa, no se le ocurrió nada mejor que ir al templo de Zeus, para celebrar su victoria con Atalanta. Imagínense a Afrodita, estaba furiosa. Como represalia la diosa envió un ardiente deseo a través de las venas de Hippómenes y Atalanta y hasta ahí llegaron, presos del ardiente deseo, desataron sus más bajos instintos, se acostaron allí mismo, en el mismísimo templo sagrado de Zeus. El dios, que se hacía el santito, olvidando su frondoso prontuario, acuñó en ese momento la conocida frase: Haz lo que digo pero no lo que hago, mostrándose ho-rro-ri-za-do, por la profanación a su templo, convirtiendo inmediatamente a la pareja en leones, atándolos a su propio carro para que tiraran de él.
Es así como aparecen representados los dos ardientes amantes, en la fuente de Cibeles tanto en Madrid como en México. En la hermosa y extraordinariamente ejecutada obra con que acompañamos el relato, el artista elije un momento concreto de la historia, cuando Hipómenes lanza una manzana que Atalanta recoge, la manzana tentadora, siempre la manzana...
LA OBRA
Hippómenes y Atalanta
Autor Reni, Guido
Fecha 1618 - 1619
Técnica Óleo sobre Lienzo
Dimensiónes Alto: 206 cm.; Ancho: 297 cm.
Museo del Prado. España
