Una mujer envuelta de pies a cabeza en lino prepara su cámara en una playa. Unos niños pequeños reman en el calor de la tarde. Una madre protege a su hijo de la luz del sol. Un par de chicos se esfuerzan por mantener un barco bajo control, su imagen se refleja en el agua azul moteada. Tres niños corren por la arena naranja, radiantes de alegría. Una dama toma la mano de su hija mientras camina con cuidado por las rocas. Cuatro mujeres duermen la siesta a la sombra de la hierba. Una madre mira con ternura a su bebé dormido mientras yacen juntos en una gran cama blanca.
 
Una gran cantidad de artistas produjeron su obra desde la miseria, la pena, el sufrimiento, la desgracia, todos sentimientos negativos que habitualmente se relacionan con buenos artistas, se debe sufrir para pintar algo decente... Pues no, hay excepciones, y una de las mas notables es Joaquín Sorolla y Bastida, un artista feliz.

Sorolla nos enseña que la felicidad se captura con un simple gesto: una mirada hacia atrás, una inclinación de cabeza, un salto juvenil. La felicidad es una mano en un banco del parque, un reflejo resplandeciente en el calor del verano. Es un elegante gorro blanco, una sombrilla caída casualmente, cintas rojas en el cabello de un niño. Es un breve momento en el tiempo, un recuerdo fugaz, un eco.

La pintura de de este artista es habitualmente relacionada con la felicidad. La alegría general de Sorolla está en desacuerdo con lo que se suele esperar del artista torturado. Quizás alguien que es sumamente feliz está mejor calificado para transmitir satisfacción. A Sorolla le gustaba trabajar al aire libre. Colocaba su caballete detrás de la protección de grandes sombrillas y cortavientos. Por necesidad, pintaba rápidamente, con pinceladas amplias y seguras. Su estilo era libre, espontáneo, natural. Su arte era colorido, vibrante, alegre.

Nacido en Valencia en 1863, Sorolla quedó huérfano a los dos años. Criado por una tía, que le consiguió trabajo como asistente de un fotógrafo local, estudió arte en su ciudad natal, y luego en Madrid, Roma y París. Se casó con la hija del fotógrafo, Clotilde, y juntos tuvieron tres hijos. Clotilde es una presencia constante, y nos mira con elegancia y autoridad desde retratos y escenas familiares de playa. El suyo fue un matrimonio largo y feliz. Cuando viajaba, Sorolla le escribía todos los días, a menudo enviándole flores dentro de las letras.

Le escribia... 'Todo mi amor está centrado en ti. A pesar de mi gran amor por nuestros hijos, eres más, mucho más que ellos por tantas razones que no hace falta mencionar. Eres mi cuerpo, mi vida, mi mente, mi ideal perpetuo '.

LAS OBRAS

ninos en la playa sorolla
Niños en la playa
Artista: Joaquín Sorolla
Año: 1910
Óleo sobre lienzo
Tamaño: 118 × 185 cm
Localización: Museo del Prado

el bote blanco sorolla

Bote blanco
Artista: Joaquín Sorolla
Fecha de creación: 1905
oleo sobre lienzo
Ubicación: Colección privada

madre sorolla

Madre
Joaquín Sorolla
óleo sobre lienzo
1895
125 × 169 cm
Museo Sorolla, Madrid

corriendo en la playa sorolla

Corriendo por la playa
Joaquín Sorolla
1908
óleo sobre lienzo
90 x 166,5 cm
Museo de Bellas Artes de Asturias

saltando a la comba sorolla

Saltando a la comba, La Granja
Joaquín Sorolla
Año 1907
Técnica pintura al óleo
Museo Sorolla, Madrid

las tres velas sorolla

Las tres velas
Joaquín Sorolla
óleo sobre lienzo
96,5 x 138 cm.
1903
coleccionista anónimo

cosiendo la vela sorolla

Cosiendo la vela
Artista: Joaquín Sorolla
Fecha de creación: 1896
oleo sobre lienzo
Tamaño: 2.22 m x 3 m
Ubicación: Fondazione Musei Civici di Venezia
 
paseo por la playa sorolla
Paseo a orillas del mar
Autor: Joaquín Sorolla
Técnica: Óleo sobre lienzo
Año: 1909