Las Océanides es una interpretación inquietante de una escena de Prometeo Encadenado , una obra de Esquilo, escrita entre el 460 y el 450 a. C. Las ninfas de agua, hijas de las deidades titán Oceanus y Thetis, se aferran a la roca donde está encadenado Prometeo quien como todos los días cumple el castigo que le impuso Zeus, un aguila devora sus entrañas por toda la eternidad.

Su destino fue un castigo de Zeus por robar una chispa de fuego de los dioses y devolverla al hombre y por guardar el secreto de la profecía del Oráculo: cómo la madre de las Océanides, Thetis, le daría a Zeus un hijo mayor y más poderoso que el mismo Zeus. Como castigo adicional, Zeus ordenó la creación de Pandora, la primera mujer, que liberó de su caja todos los males del mundo. Gracias Zeus. 

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Por muy fantástica que sea esta historia, en el campo de la ciencia algo de cierto tiene. El hígado, es un organo que se encuentra en la parte superior derecha del abdomen y que tiene la particularidad de regenerarse a sí mismo. Hace unos años, según un estudio de la Universidad de Stanford, se descubrió que la regeneración del hígado es causada por la presencia de una enzima; la telomerasa.

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Con esto, la telomerasa se convierte en responsable de la eterna juventud del hígado, ya que su actividad mantiene la estructura de los cromosomas intacta en cada división celular. El hígado es el único órgano que puede regenerarse completamente incluso desde solo el 25 por ciento de su masa original. Esto sucede en condiciones normales, pero también cuando el hígado está dañado por enfermedad. Llegados aquí, podemos asegurar que la regeneración del hígado de Prometeo no se debió a la naturaleza titánica, sino a su elevada telomerasa. jeje. 

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Volviendo a la obra Las Océanides, están dramáticamente iluminadas, arrastradas por la corriente del mar hasta la roca de Prometeo, a quien se ve mientras el aguila se da el festín diario, con su cuerpo encadenado, las imagenes revelan no solo la comprensión de Doré del claroscuro, un talento que se remonta a su prolífico trabajo como grabador e ilustrador , sino también a la profunda comprensión del artista sobre la mitología y su relación con la vida y la muerte. La obra de Doré es un vínculo crucial entre el romanticismo francés y el simbolismo europeo.

Gustave Doré instaló su estudio en París, donde acomodaba los enormes lienzos que a menudo producía, plenos de los espectaculares vuelos de imaginación. Cuando abrió su célebre galería en Londres en 1868, el público británico, admirado por sus imágenes asombrosas, lo apodó "El pintor visionario".

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LA OBRA

Las Océanides
(Les Naiades de la Mere)
Gustave Doré
1832-1883
Óleo sobre lienzo
185,5 x 127 cm.