Calipso intenta desesperadamente que Ulises olvide su vida anterior, y a su esposa la fiel Penélope, la del bolso de piel marrón (chiste, chiste). Un tanto desesperada y como último recurso, incluso le ofrece la inmortalidad y la juventud eterna si se quedaba con ella en Ogigia, pero el héroe cansado de tanto agasajo y arrumaco, lo único que desea es volver a casa con su mujercita. Pero, como no fuera nadando...
Ahora bien, adelantemos un poco la historia para ir hasta la casa de Penélope. Lógicamente después de tanto tiempo de ausencia, todos ya daban a Ulises por muerto, sin embargo, la "tejedora" esposa: Penélope, lo esperaba en Itaca. En ausencia de Ulises y para evitar el acoso de sus entusiastas "fans", les decía que aceptaría un nuevo esposo cuando terminara de tejer un sudario para el rey Laertes, su suegro. Para prolongar el mayor tiempo posible esta tarea, Penélope deshacía por la noche lo que tejía durante el día; sin embargo, una mujer la delata, nunca falta la buena vecina, por lo que es obligada a concluir su labor.
Continuemos, algunas leyendas cuentan que Calipso terminó muriendo de pena.
Pero existe otra versión del mito, con Calipso de protagonista, y transcurre en el mismo escenario, la isla de Ogigia. Telémaco, hijo de Penélope y Ulises y Mentor, un amigo de éste último naufragan y llegan a la isla. Calipso los recibe y se enamora en esta ocasión de Telémaco a cuyo padre, ella había amado antes. Bueno, digamos que igualmente todo queda en familia. Sin embargo, el amor de Calipso por Telémaco, no es correspondido, ya que el muchacho siente un gran amor por la ninfa Eucaris y ésta además le correponde. Calipso es advertida de la situación por Venus.
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LA OBRA
Artista Henri Lehmann
Fecha 1869
Oleo sobre lienzo
Colección Instituto de Arte de Minneapolis