Seguramente has escuchado la frase, con el cuchillo entre los dientes, el origen puede encontrarse en la historia de la pintura. Una de ellas es considerada una de las obras de arte más crueles que se hayan pintado. En ella se representa la historia de un juez que vivió hace 2500 años, el juez Sisamnes.
Cambises II, rey de Persia, descubrió que Sisamnes había recibido un soborno de una persona y había cambiado su fallo para beneficiarlo. Según Herodoto -que es el que originalmente cuenta esta historia- Cambises II ordenó la inmediata detención del juez y una ejecución que sería inolvidable, incluso para nosotros como simples observadores del registro.
Gerard David, pintor holandés que vivió entre los siglos XV y XVI, nacido en Oudewater , criado artísticamente en la localidad de Haarlen, llegó definitivamente en 1483 a Brujas, ciudad que vio florecer su talento, aunque de una forma no exactamente proporcional a su talentos y técnicas de todo respeto.
El Juicio de Cambises, que Gerard David pintó en Brujas en 1498, es un óleo sobre tabla de un importante tamaño de 202 x 349,5 cm. De hecho un diptico. Las dos tablas representan El Juicio de Cambises y El despellejamiento de Sisamnes.
En ese año, el artista holandés Gerard David pintó el Juicio de Cambises con el que quiso ''embellecer'' el salón del burgomaestre, siguiendo un encargo expreso del ayuntamiento de Brujas. Un ciclo pictórico sobre tablas, representando el Juicio de Cambises para que en esta sala, la más importante del ayuntamiento, resonase para siempre el mito ligado a él.
El mito pintado por Gerard David ha llegado hasta nosotros gracias a los relatos de Heródoto, y cuenta que Cambises II, había descubierto con sorpresa y decepción que uno de sus jueces, el tal Sisamne, había tomado el camino de la corrupción y por esta despreciable elección suya, había dictado sentencias injustas en perjuicio de inocentes. y sobre todo manchando de deshonra aun al que lo había puesto en aquel respetable lugar, él.
Cambises inmediatamente lo hizo arrestar y lo condenó a muerte. Pero, no cualquier muerte; según la incuestionable Sentencia de Cambises, el crimen que había cometido el juez corrupto merecía un castigo ejemplar, de hecho fue condenado a muerte mediante el tormento del desollamiento.
Además, para que todos sacaran de este asunto una enseñanza favorable y duradera, se usó su piel para cubrir la silla en la que se sentaría el mismo hijo del juez corrompido, salvaje si, pero ejemplificador. Nombrado juez en su lugar, para que recordara la tortura para siempre infligida a su padre por su conducta.
Toda la escena es representada por Gerard David en toda su crueldad. Está pintado con claras referencias estilísticas de ese naturalismo propio de las escuelas nórdicas del Renacimiento de las que Gerard David fue pleno representante.
En este sentido, los ejecutores de la sentencia, están ocupados de lleno con el cuerpo de Sisamne, son retratados por Gerard David exactamente en el corazón del desollamiento, una visión extremadamente macabra e increíblemente realista. Ya hemos publicado otras obras bastante macabras en La Vida es Arte, sin embargo esta se lleva todos los premios.
El detalle sorprende, uno de los verdugos está representado exactamente en el momento en que está terminando de quitar la piel de la pierna y para facilitar este desprendimiento, mirando el cuadro parece casi escuchar el sonido del desgarro de los últimos centímetros de piel, sostiene el cuchillo con soltura entre los dientes, para enfocar mejor las últimas etapas de la tortura, mientras el resto de la escena muestra a las otras figuras mientras comienzan a abrir los brazos y el pecho del condenado.
Los dos momentos representados en el mismo plano pero en tiempos diferentes sugieren cuál será la continuación de la escena inmortalizada, creando más patetismo en la mirada de quienes se sitúan como espectadores de toda la escena.
La violencia deliberadamente fuerte de la escena presenta rasgos de acción bestial y uno se da cuenta de la inmensa tragedia del conjunto, cuando el observador aleja más la mirada del primer plano de la acción y ve al mismo Cambises con una expresión impasible que por sí sola basta para causar escalofríos, atrapado mientras observaba la escena. Asimismo, sus dignatarios que, como él, observan la escena desde la distancia, no dejan traslucir la menor expresividad, señal de un desapego inhumano tal y como lo pinta el artista.
Solo una pequeña parte de toda la producción artística de Gerard David se encuentra en Brujas, entre estos encontramos precisamente el Juicio de Cambises y la Transfiguración, mientras que el resto de sus obras han encontrado ahora colocación de estilo en museos de todo el mundo. .
Sin embargo, conviene recordar que, en los años en que se encontraba trabajando en la ciudad de Brujas, el medio artístico se consideraba un centro vivo de producción del arte mundial, una prosperidad que todos los pueblos flamencos y sus pintores experimentaron un poco, Una época dorada también desde el punto de vista comercial y político.
Gerard David, pintor flamenco que al pintar el Juicio de Cambises consigue plasmar con un pincel, toda la crueldad de la escena tanto en términos físicos como emocionales en las expresiones de los personajes que la componen. Ahora ya sabes de donde proviene, el cuchillo entre los dientes.
LA OBRA
Gerard David
El Juicio de Cambises y El despellejamiento de Sisamnes
Diptico
Oleo sobre tabla
Museo de Brujas