Este es un trabajo de un escultor italiano no muy conocido internacionalmente. Luigi Secchi, nació en Cremona, aunque vivió durante prácticamente toda su carrera en Milán, circunstancia que hace que se le considere un artista de esta ciudad.
Comenzó siendo alumno de Pietro Magni y después de Francesco Barzaghi en la Academia de Brera,

trabajó tanto estatuas de bronce como de mármol y comenzó a ganar reconocimiento en 1883 cuando expuso en Milán la obra titulada Modelo en reposo.
Comenzó a recibir encargos públicos para hacer monumentos tanto en Milán como en varios lugares de las afueras de la ciudad. Uno de ellos fue el monumento al poeta Giuseppe Parini en la Piazza Carduso de aquella ciudad.

Una de sus obras maestras fue el monumento a Verdi en homenaje, que la ciudad milanesa hizo al compositor, pues Verdi residió muchos años en la ciudad.
Esta obra: La meditación. Es una muy interesante escultura que Secchi hizo en 1910.
Se trata de una figura femenina que aparece de pie y con el brazo izquierdo apoyado en una losa. En cuanto a la mano derecha, está tocando la cara que tiene inclinada hacia delante en un gesto muy pensativo.

En un estilo claramente influenciado por el clasicismo, la figura deja ver, a través de un ligero velo, un cuerpo muy proporcionado y clásico. Precisamente uno de los elementos escultóricos de la obra que más destaca es el magnífico trabajo de Secchi fue reproducir el vaporoso velo al que supo dar una excelente sensación de suavidad. Observando, nadie diría que se trata de mármol.
Efecto totalmente logrado en comparación con otros trabajos que hemos publicado en La Vida es Arte anteriormente.
El conjunto transmite una cierta sensación de misterio y serenidad, que no aclara quién es el personaje ni cuáles pueden ser los pensamiento que hacen que esta mujer desconocida esté tan abstraída.
Quien quiera ver el original de esta escultura tendrá que viajar a Milán, pues se encuentra expuesta en la Galleria de Arte Moderno de la capital de Lombardía.

LA OBRA