El tamaño importa, es una creencia arraigada en los tiempos actuales, pero no era así para los griegos antiguos. En el arte griego antiguo, aunque también en las obras clásicas más cercanas en el tiempo, la mayoría de los rasgos de un gran hombre, un héroe, un titán, un dios, un guerrero, se representaban como desarrollados, firmes y armoniosos, entonces, ¿por qué no se aplicaron estos mismos principios estéticos a sus genitales?
Para el ojo contemporáneo, sus cuerpos son ideales, excepto por un pequeñiiiiisimo detalle. “Tienen penes pequeños o muy pequeños, en comparación con el promedio de la humanidad”.
Es acaso un descuido de los artistas o una declaración de autocensura. no, claro que no.
Los antiguos griegos representaron el cuerpo masculino en esculturas que muestran a hombres ilustres y poderosos como figuras corpulentas con músculos tensos y ondulantes. A veces estas figuras aparecen parcialmente vestidas con ropajes o telas; a menudo, están completamente desnudos.
Innumerables amantes del arte contemporáneo e historiadores se han sorprendido por la naturaleza modesta de los miembros que aparecen en las esculturas clásicas de dioses, emperadores y otros hombres de élite, desde Zeus hasta atletas célebres. Los miembros pequeños parecen estar en desacuerdo con los cuerpos masivos y las personalidades míticamente grandes que acompañan. Pero los antiguos griegos tenían sus razones para esta elección estética.
Si retrocedemos al mundo griego antiguo de alrededor del año 400 a. C. encontraríamos que los penes grandes y erectos no se consideraban deseables, ni eran un signo de poder o fuerza, al menos en el arte. El pene pequeño estaba en consonancia con los ideales griegos de belleza masculina y era una insignia de la más alta cultura y un modelo de civilización.
Los sátiros lujuriosos y depravados, en particular, fueron representados con genitales muy grandes y erectos, a veces casi tan altos como sus torsos. Según la mitología, estas criaturas eran en parte hombres, en parte animales y carecían totalmente de control, una cualidad deseada por la alta sociedad griega. Los penes grandes eran vulgares y estaban fuera de la norma cultural, algo que lucen los bárbaros del mundo, de hecho, en ánforas y frisos, se puede ver sátiros bien dotados bebiendo y dándose placer con abandono.
En la comedia griega, los tontos también solían lucir grandes genitales, y era considerado el signo de la estupidez, más de una bestia, que de un hombre. También lo hicieron las representaciones artísticas de los egipcios, dice, quienes fueron enemigos de los griegos durante mucho tiempo.
De esta manera, los sátiros, los tontos y los enemigos servían como contraste para los dioses y héroes masculinos, quienes eran honrados por su autocontrol e inteligencia (junto con otras cualidades que requerían moderación, como la lealtad y la prudencia). Si los falos grandes representaban apetitos glotones, entonces se puede llegar a la conclusión de que el pene pequeño y flácido representaba el autocontrol. Es así que utizaban el tamaño del pene como índice de carácter.
En aquel entonces, indicaba si un hombre era honrado o no. Pero aunque el simbolismo cultural del pene ha cambiado desde entonces, algunas cosas no lo han hecho. Entonces, como ahora, se consideraba que el sexo masculino era la expresión de la capacidad del hombre para dominar.