Pierre Julien ya se había presentado en la Academia en 1776, con una escultura de Ganimedes que fue rechazada. Su maestro Guillaume II Coustou era sospechoso de no apoyar a un colaborador talentoso. Este fracaso injustificado humilló al artista, quien pensó en convertirse en un escultor marino. Animado por sus amigos, perseveró y presentó a la aprobación de la Academia este Gladiador moribundo en 1778.
Julien exalta el heroísmo del hombre que controla su dolor y muere silencioso, estoico. El equilibrio de la composición, la dignidad de la postura, la discreción de la herida, la moderación de la expresión responden plásticamente a esta serenidad heroica.
Como el Laocoonte, una de las antigüedades más admiradas de la época, el Gladiador sufre pero no grita. Esta restricción en el dolor la hace más sensible e interior. Un crítico del Salón de 1779 expresa la empatía del espectador: "Es un hombre infeliz que expira y cuyo dolor compartimos"
Expirando, con dignidad lleva sus últimos instantes.
el frío acero llegó a recónditos lugares, le queda poco tiempo,
su luz se apaga, la valentía de gladiador ya casi es nada.
PFC
La Obra:
Gladiador moribundo
Artista: Pierre Julien
1779
Esculturas Mármol
Altura 0.60 m, Largo 0.48 m, Profundidad 0,42 m.
Ala Richelieu
Museo del Louvre