Hércules y Deyanira emprendieron el desafío de cruzar el río Eveno. Sin embargo, Neso, el centauro encargado de guiarlos, tenía intenciones oscuras. En un acto despreciable, Neso cruzó primero con Hércules y sus provisiones, dejando a Deyanira sola en la orilla opuesta. Aprovechando esta oportunidad, intentó secuestrar y violar a la indefensa mujer.
La astucia de Hércules no tardó en percibir la peligrosa situación. Actuando con rapidez, tomó su arco y lanzó una flecha impregnada con la bilis de la hidra de Lerna hacia el centauro malintencionado. Neso cayó agonizante a los pies de Deyanira, pero no sin antes lanzar una maldición a Hércules en sus últimos momentos. El centauro, en un intento de manipular a la joven, reveló un supuesto secreto: la sangre de Deyanira poseía el poder de un filtro amoroso, una herramienta que podría usar para mantener la atención del héroe.
Deyanira, ingenua y creyendo las palabras del moribundo Neso, guardó el líquido que, más tarde, sería crucial en su trágico destino. Después de una expedición a Ecalia, descubrió que Hércules se había unido a Iole, la hija de Eurito, como concubina. En un acto desesperado por recuperar el amor de Hércules, vertió la sangre en una túnica y la envió a través de Licas al semidiós.
Cuando Hércules se puso la túnica impregnada, experimentó un dolor insoportable. La sangre, ya fuera por su naturaleza letal o por el veneno de la hidra de Lerna, causó heridas graves. Las quemaduras eran tan intensas que Hércules, en su agonía, ordenó a su séquito llevarlo al monte Eta. Allí, Filoctetes puso fin a su sufrimiento encendiendo una pira funeraria, marcando el trágico final de uno de los hijos más prominentes de Zeus.
La historia de Hércules no culminó en la desgracia. Después de completar los doce trabajos impuestos por Euristeo, el héroe ascendió al Olimpo. En este reino divino, logró reconciliarse con la diosa Hera, quien, en un giro inesperado, le ofreció la mano en matrimonio de su hija Hebe. Así, Hércules encontró redención y paz en el Olimpo, dejando atrás los tormentos de su vida mortal.
La obra "Hércules y el Centauro" de Gian Bologna es una escultura renacentista que representa el mito griego de Hércules luchando contra un centauro. Realizada en mármol, captura la tensión y el dinamismo del enfrentamiento entre la fuerza sobrehumana de Hércules y la naturaleza salvaje del centauro. Gian Bologna logra una expresividad única, destacando detalles anatómicos y emocionales. Esta obra maestra fusiona mitología y arte, explorando temas de dualidad y conflicto. La tensión entre humanidad y bestialidad se refleja en cada detalle esculpido, creando una pieza impactante que trasciende el tiempo y sigue cautivando a los admiradores del arte escultórico.
LA OBRA
Hércules y el centauro Neso
Juan de Bolonia
Creación 1599
Ubicación Piazza della Signoria (Florencia)
Material Mármol