Friné, cuyo nombre real era Mnesareté, nació en Tespias, Beocia, alrededor del año 371 a.C. Su apodo, "Friné", que significa "sapo" en griego, se debía a su tez ligeramente amarillenta. Sin embargo, este apodo despectivo no pudo ocultar su extraordinaria belleza, que la llevaría a convertirse en una de las hetairas más famosas de Atenas.
En la antigua Grecia, las hetairas eran cortesanas educadas que no solo ofrecían compañía sexual, sino que también participaban en la vida intelectual y social de los hombres. A diferencia de las esposas griegas, que estaban confinadas al hogar y a los deberes domésticos, las hetairas podían asistir a simposios y eventos públicos, interactuando con filósofos, políticos y artistas. Friné, debido a su inteligencia y belleza, se destacó rápidamente en este ambiente.
Uno de los aspectos más intrigantes de la vida de Friné es su relación con el famoso escultor Praxíteles. Praxíteles, uno de los más grandes escultores de la antigua Grecia, se enamoró profundamente de ella. Este amor se convirtió en inspiración para algunas de sus obras más importantes. Se dice que Friné fue la modelo para la célebre estatua de Afrodita de Cnido, una de las primeras representaciones de la diosa del amor y la belleza en un desnudo completo y natural. Esta estatua no solo fue una innovación artística, sino que también marcó un hito en la representación de la forma femenina en el arte.
La vida de Friné, sin embargo, no fue solo un lecho de rosas. A pesar de su éxito y riqueza, enfrentó uno de los juicios más famosos de la historia griega. Fue acusada de asebeia, impiedad, un cargo grave que podría haber resultado en su condena a muerte. Las razones exactas detrás de esta acusación son inciertas, pero algunos historiadores sugieren que podría haber sido debido a su creciente influencia y al impacto de su belleza en la sociedad ateniense.
Durante el juicio, la defensa de Friné estuvo a cargo de Hypéride, uno de los oradores más destacados de la época. Según la leyenda, cuando todo parecía perdido y la condena se acercaba, Hypéride tomó una decisión audaz y dramática. Desnudó a Friné ante el jurado, revelando su belleza divina. Este acto fue un intento de apelar a la creencia de que una belleza tan perfecta debía ser un regalo de los dioses, y, por lo tanto, ella no podía ser culpable de impiedad. La estrategia funcionó, y Friné fue absuelta. Este episodio no solo destaca el poder de la belleza en la antigua Grecia, sino también el papel del cuerpo femenino en la retórica y la justicia.
Tras su juicio, Friné continuó su vida en Atenas, acumulando riqueza y poder. Su historia se convirtió en leyenda, inspirando a escritores, artistas y filósofos a lo largo de los siglos. Su vida y su juicio reflejan las complejas actitudes hacia la belleza, la sexualidad y el poder femenino en la antigua Grecia.
Además de su impacto en el arte y la justicia, la historia de Friné también nos ofrece una ventana a la vida de las mujeres en la antigua Grecia, especialmente aquellas que, como ella, lograron trascender las limitaciones impuestas por su género. Las hetairas, aunque marginalizadas en algunos aspectos, también disfrutaron de una libertad y una influencia que las mujeres respetables no podían alcanzar. A través de su educación y su capacidad para moverse en círculos intelectuales y políticos, las hetairas como Friné jugaron un papel crucial en la cultura griega.
Es importante reconocer que, aunque la historia de Friné es excepcional, también está envuelta en mitos y leyendas. Las fuentes antiguas, a menudo escritas por hombres, tienden a romantizar y dramatizar las vidas de figuras como Friné. Sin embargo, su historia sigue siendo un testimonio poderoso de cómo la belleza, la inteligencia y el carisma pueden desafiar y, en ocasiones, superar las estructuras de poder establecidas.
Friné también es un símbolo de resistencia y astucia. En una sociedad que a menudo relegaba a las mujeres a roles secundarios, ella utilizó sus atributos y habilidades para asegurar su supervivencia y prosperidad. Su capacidad para navegar y manipular el sistema legal y social de su tiempo es un recordatorio de la agencia que las mujeres pueden ejercer, incluso en las circunstancias más adversas.
La influencia de Friné perdura hasta el día de hoy. Su historia ha sido reinterpretada en diversas formas artísticas, desde pinturas renacentistas hasta obras de teatro modernas. Cada representación de Friné nos invita a reflexionar sobre las continuidades y cambios en las percepciones de la belleza, la justicia y el poder femenino a lo largo de la historia.
LA OBRA
Friné
Francesco Barzaghi
1868
Galleria d’Arte Moderna, Milán
Italia