El solitario marinero se recuesta junto al apacible mar, pero rocas esconden secretos muy bien guardados. Hay calma, sí, pero esta sólo antecede a la tormenta.
Las blancas espumas besan sus labios, el agua como amante seductora lo acaricia con cuidado, percibe que se desliza, hasta el fondo, suave, sin voluntad. El solo piensa en amar, e irremediablemente se hunde en el mar.
Ansía un solo y mágico beso, pero las frías manos lo sujetan sin piedad.
Sus latidos se incrementan, perlas y rojos corales ciñen su cuerpo. El corazón del marinero intuye, hay algo detrás de esa hermosa y dulce melodía, pero parece no importarle, se rinde y cierra los ojos.
El roce de escamas en sus piernas anticipan el trágico final.
Las sirenas (en griego antiguo: Seirến, ‘las que atan/encadenan’, son criaturas marinas mitológicas pertenecientes a las leyendas y al folclore.
Unas figuras antropomórficas que originalmente, en la Antigüedad clásica, se las representaba como seres híbridos con rostro o torso de mujer y cuerpo de ave, que habitaban en una isla rocosa.
Recién a partir de la Edad Media adquirieron su apariencia más popular: hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas que vivían en las profundidades. En ambos casos se les atribuía una irresistible voz melodiosa con la que atraían locamente a los marineros y el fatal destino al caer preso de sus cantos y encantos.
Se las describía como doncellas marinas que engañaban a los navegantes con su gran belleza y la dulzura de su canto; de la cabeza al ombligo un bello cuerpo humano, hacia abajo una escamosa cola de pez, que siempre ocultaban en el mar de miradas indiscretas. La tradición las ubicaba en una isla rocosa del Mediterráneo frente a Sorrento, en el litoral de la Italia meridional en ocasiones identificada con la isla de Capri.
Las sirenas eran criaturas que cantaban maravillosamente, atrayendo a la muerte a los que pasaban. Cada sirena combinaba la apariencia de una mujer y un pájaro, y la apariencia exacta variaba según el artista. Algunos artistas dibujaron sirenas que tenían cuerpos de pájaros con cabeza de mujer, mientras que otros las hacían parecer mujeres con patas de pájaro. Las representaciones posteriores de las sirenas las hacían parecer mujeres seductoras y minimizaban sus rasgos de pájaro.
Las sirenas eran originalmente aliadas de Perséfone. Hay múltiples mitos sobre lo que sucedió con las Sirenas después de que Perséfone fuera secuestrada por Hades, uno dice que Deméter les dio alas para buscarla y otro dice que las maldijo porque no detuvieron el secuestro de su hija.
Quizás la historia más famosa sobre las sirenas se encuentra en “La Odisea” de Homero, cuando Ulises y sus hombres navegaban junto a ellas. Circe había advertido a Ulises antes del encuentro sobre los peligros de las sirenas, y preparó a sus hombres pidiéndoles que les pusieran cera de abejas en los oídos para evitar oir la maldita melodia. Luego ataron a Ulises al mástil del barco, ya que quería escuchar aquello que cantaban las Sirenas. La hermosa canción hizo que Ulises ordenara a sus hombres que lo desataran, pero en lugar de eso, tensaron las cuerdas y esperaron hasta que se alejaron de las Sirenas para soltarlo.
Mientras que el cuento de Homero tiene dos sirenas, otros mitos hablan sobre dos y cinco sirenas. Su canción es triste y hermosa, y se dice que llama a Perséfone y le pide que regrese. Aquellos que escuchan la canción no pueden resistir y son atraídos hacia su muerte. Por qué los marineros que sucumben a esta canción terminan muertos está abierto a interpretación. Algunos creen que las sirenas devoran a los marineros a los que atraen.
Otra aparición de las Sirenas tiene lugar en la historia de los Argonautas. Jason pasa junto a las sirenas en su viaje, pero al igual que Ulises, él también había sido advertido de su peligroso canto, por Quirón. Jason trajo a Orfeo, un músico, poeta y profeta, junto con su equipo. Cuando Orfeo escuchó el canto de las sirenas, tocó música incluso más hermosa que su canción para ahogarlas.
Ha habido varias historias de las sirenas después de Homero, y algunos autores dicen que cuando una persona escucha la canción de las sirenas y escapa, estas estan destinadas a morir. Otra historia del final de las sirenas es que Hera, esposa de Zeus, logró que las sirenas compitieran con las musas en una competencia de canto. Las Musas derrotaron a las Sirenas y luego fueron arrancadas todas las plumas de las Sirenas para crear coronas a partir de ellas. Las sirenas estaban tan devastadas por su derrota que se volvieron blancas y luego cayeron al agua, convirtiéndose cada una de ellas en una isla de ese color.
Las sirenas son el origen del término "canto de sirena", que se refiere a algo que es difícil de resistir, pero que terminará mal. Uno de los aspectos más singulares de las Sirenas, particularmente en “La Odisea” de Homero, es que no son sus apariencias las que tientan a los marineros, sino sus voces. Se dice que su canción se produce a la mitad del día, cuando el océano está tranquilo y silencioso. Se dice que las sirenas conocen tanto el pasado como el futuro, pero hacen falsas promesas para atraer a los marineros a que se acerquen a ellas.
En La Vida es Arte hemos publicado a lo largo del tiempo muchas obras clasicas sobre sirenas, sin embargo hoy les compartimos una serie de pinturas del canadiense Mark Heine, que está trabajando en una nueva serie de pinturas al óleo inspiradas en el realismo mágico. Centró su atención en las criaturas míticas del mar: las sirenas y estas son algunas de sus obras.
En el vídeo encontrarás obras de sirenas de distintos artistas !