Hay pinturas que no pueden pasar inadvertidas. Ya hemos publicado otras obras de Alexandre Cabanel, uno de los grandes artistas franceses del siglo XIX. Su trabajo muestra originalidad y sinceridad, junto con un profundo sentido de respeto por el gran arte del pasado. Su dibujo es preciso y elegante, expresivo con conocimiento y una búsqueda de belleza natural e ideal.
Una de sus pinturas es la de una ninfa luchando por evitar un rapto, de manos de un fauno, muchas veces se utiliza el termino fauno y sátiro como si fueran lo mismo, pero no lo son, luego lo veremos. Es la primera obra que realizó Cabanel como un símbolo de los compromisos tanto morales como estéticos de un arte que se esfuerza en halagar los deseos voyeurs de un público masculino. En este sentido, esta obra del artista fue vendida en privado al emperador Napoleón III, amante de las bellezas carnales.
Realizada en 1860, la ninfa raptada por un fauno significa una reorientación espectacular del arte de Cabanel , liberándose del rigor altisonante, las formas netas y la luz gris de las composiciones precedentes, adopta la mitología dionisíaca y agreste, entrelaza las formas y moldea las carnes, usa colores más vivos y enriquece su paleta y empaña el pincel con delicadas veladuras.
El brillo aterciopelado de los contornos de la piel que resalta el abrigo del sombrío ramaje, los violentos reflejos del follaje estimulado por el azul turquesa de un cielo veteado en amarillo, así como los destellos rojizos de la larga cabellera rubia y ondulada apunta a una reinterpretación controlada de la pintura veneciana de mitad del siglo XVI, concretamente del Veronés. Como en el caso de éste, la tensión erótica entre los dos personajes se materializa en los gestos de lucha y el brutal contraste de las tonalidades de piel, una pálida y otra bronceada.
La vista desde abajo muestra los rostros en escorzo y parcialmente ocultos por los hombros y los brazos extendidos, evoca ciertos decorados del Veronés, aunque la posición de la ninfa basculando totalmente hacía atrás y pivotando sobre el eje del brazo izquierdo del sátiro, pudo haber sido tomada de Bacante y sátiro, actualmente en el Museo del Louvre.
Como hemos dicho en otras oportunidades en la La vida es Arte, dentro de la mitología existen dos conceptos que se utilizan con frecuencia. Estos son fauno y sátiro. Muchas veces estos conceptos se confunden creyendo que aluden al mismo personaje. Si bien ambos están relacionados con el culto al dios del vino Dioniso/Baco, presentan importantes diferencias. El sátiro es una criatura mítica que existe dentro de la cultura de Grecia y también en la literatura. Se trata de un ser que se caracteriza por tener un cuerpo que es mitad ser humano y mitad cabra. El sátiro se define en la literatura como un ser un tanto lascivo e incluso con una imagen vulgar. Muchos los consideran seres desagradables.
El fauno, a diferencia del sátiro, pertenece a la mitología romana. Se trata de un ser que tiene mitad de cuerpo humano y mitad ciervo. Ambos seres poseen cuernos en su cabeza y por ello muchas veces se los confunde. Sin embargo son diferentes y sus personalidades también se distinguen. El fauno y el sátiro son seres que forman parte de la mitología.
El fauno, a diferencia del sátiro, se destaca por ser mucho más fino, elegante y grácil. Además suelen representarse muchas veces con piernas humanas.
El sátiro posee pezuñas. En los relatos de la mitología griega, al dios Dioniso se lo representaba generalmente acompañado de sátiros. A su vez estos, se caracterizaban por tener una personalidad algo malvada o agresiva y se les atribuía el interés exclusivo por los placeres sexuales. Esto los diferenciaba en gran parte de los faunos, a quienes se atribuye una personalidad más tranquila o simple.
Tanto el fauno como el sátiro son seres de fantasía que se asocian a lugares con bosques o mucha vegetación. Los romanos, consideraban a los faunos como la representación del miedo en sí mismo, sobre todo cuando se aventuraba alguien a tierras lejanas o bosques vírgenes. A los faunos se adjudica un perfil más elegante puesto que provienen, de los ciervos, estos, son animales de elegancia y gran porte, por ello el fauno debe ganarse, al igual que el sátiro, sus cuernos mediante trabajo. Se trata de un beneficio que resulta de una buena acción o un favor de un dios.
Otro punto de diferencia entre estos seres de la mitología es que los sátiros se consideran en general seres de menor belleza que los faunos. El fauno se ve como un ser más atractivo e inocente, a diferencia del sátiro que suelen representarse como torpes y desagradables, con demasiado pelo, ojos muy pequeños y boca demasiado grande. El fauno siempre se considero un ser refinado, elegante e interesante. Al sátiro se lo condena por ser libertino, dedicarse a la bebida y la gula y ser bastante sinvergüenza. Son diversas las historias de la literatura y el cine que han tomado a estos seres como personajes. En cada caso se busca resaltar sus atributos y otorgarle un rol importante en lo que se cuenta.
Así y todo el titulo original de la obra de Cabanel es Nymphe et Satyr, por eso, vale la aclaración.
LA OBRA
Ninfa secuestrada por un Fauno
Autor: Alexandre Cabanel
Titulo: Original:Nymphe et Satyr
Oleo sobre lienzo
1860
Colección Privada.