Uno de los frescos más comentados dentro de la Capilla Sixtina es la 'Creación de Adán' de Miguel Ángel, que ilustra a Dios extendiendo la mano y tocando el dedo de Adán para darle el regalo de la vida. Es una escena compleja con muchas capas de simbolismo, lo que lleva a muchos a preguntarse cuál es el significado más profundo detrás de esta impresionante obra de arte. Sin embargo en esta ocasión veremos un solo detalle curioso de esta magnífica y compleja obra, las manos de Dios y Adán.
Cuando, Miguel Ángel finalmente completó el fresco del techo de la capilla Sixtina, los cardenales responsables de controlar las obras observaron durante horas el magnífico trabajo de Miguel Ángel. Luego se reunieron con el artista y le expresaron su descontento, pero no con todo el trabajo, sino con un detalle sutil pero simbólicamente importante.
Miguel Ángel originalmente había pintado el panel de la creación del hombre con los dedos de Dios y Adán, tocándose. Los cardenales exigieron que no hubiera contacto, que los dedos de ambos se mantuvieran separados y más aún: que el dedo de Dios se estirara al máximo, pero que el dedo de Adán estuviese contraído.
Con ello querían expresar que Dios está allí para quien lo busque, pero la decisión de buscarlo depende siempre del hombre. Si eso es lo que deseas, te bastará con estirar tu dedo para alcanzarlo.
Esta última falange contraída en el dedo de Adán representel al libre albedrío.
La creación de Adán
(Creazione di Adamo)
Autor Miguel Ángel
Año 1511
Técnica Fresco
Estilo Renacimiento
Tamaño
280 cm × 570 cm
Ubicación Capilla Sixtina
Ciudad del Vaticano
Roma