Elisabeth Tarakanova nació alrededor de 1753, y desde temprana edad, su vida estuvo marcada por la intriga y la incertidumbre. Alegaba ser la descendiente directa de Pedro I, el zar que transformó Rusia en una potencia europea. Su madre, la condesa Elizaveta Alekseevna, supuestamente mantuvo una relación secreta con el zar, dando lugar al nacimiento de Elisabeth.
La historia toma un giro dramático cuando Elisabeth Tarakanova, ya adulta, decide reclamar su derecho al trono ruso. Su existencia y sus afirmaciones se encontraron con la resistencia de la emperatriz Isabel I de Rusia, quien gobernaba en ese momento. La emperatriz, escéptica sobre la autenticidad de las pretensiones de Tarakanova, ordenó su arresto y encarcelamiento en la Fortaleza de Pedro y Pablo, una prisión notoria en San Petersburgo.
La versión de 1862
La vida de Tarakanova en prisión fue dura y llena de penurias. Se rumorea que sufrió maltratos y condiciones inhumanas durante su encarcelamiento. A pesar de las dificultades, mantuvo su afirmación de ser la hija de Pedro I. Sin embargo, su destino tomó un giro trágico cuando falleció en prisión en 1775. Las circunstancias exactas de su muerte y la veracidad de sus reclamaciones han sido objeto de especulación y debate a lo largo de los años.
El misterio que rodea a la princesa Tarakanova se intensifica debido a la falta de documentación histórica concreta que respalde sus afirmaciones. La correspondencia oficial de la época no ofrece evidencia sólida de su conexión con Pedro I. Algunos historiadores argumentan que su historia podría haber sido una artimaña política o un intento de usurpar el trono, mientras que otros sostienen que podría haber tenido algún tipo de parentesco con la familia real.
La leyenda de la princesa Tarakanova también ha sido inmortalizada en la literatura y las artes. Diversos escritores y artistas han encontrado inspiración en su historia, creando relatos ficticios que exploran los posibles giros de los eventos y la verdadera identidad de Tarakanova. Esta amalgama de realidad y ficción ha contribuido a la permanencia de su figura en la cultura popular.
La versión más dramática de 1864
A pesar de las incertidumbres que rodean la vida de la princesa Tarakanova, su historia continúa siendo un tema de interés histórico y cultural. La enigmática mujer que afirmaba ser la heredera del zar Pedro I sigue despertando la curiosidad de aquellos interesados en los entresijos de la historia rusa. La Fortaleza de Pedro y Pablo, donde estuvo encarcelada, se ha convertido en un lugar de peregrinación para aquellos que buscan conocer más sobre esta intrigante figura.
En última instancia, la historia de la princesa Tarakanova ofrece un fascinante vistazo a las complejidades y las intrigas de la corte imperial rusa en el siglo XVIII. Aunque su vida estuvo marcada por la tragedia y la incertidumbre, su legado perdura como un enigma sin resolver, una figura que desafía las nociones convencionales de la historia y sigue siendo un misterio por descifrar.
El artista cuenta su versión dramática de la historia de la princesa, un gran caudal de agua arrincona a la princesa, en su angustioso final no habrá principe azul que la rescate, sino el negro abrazo de la muerte.
LA OBRA
- Princesa Tarakanova Konstantin Flavitsky
- Año 1862
- Medio Óleo sobre lienzo
- Dimensiones 245 cm × 187 cm