En los humedales de Dinamarca, donde los sauces se inclinan sobre las aguas susurrantes del río, se teje la tragedia de una joven llamada Ofelia. Su historia comienza en el castillo de Elsinor, donde su padre, el consejero del rey, Polonio, la instruye en la virtud y la obediencia.

Ofelia, de belleza serena y alma sensible, está comprometida con Hamlet, el príncipe atormentado de Dinamarca. Pero el reino está envuelto en una neblina de intrigas y traiciones. El rey Claudio, padrastro de Hamlet, usurpó el trono tras la muerte del rey Hamlet, padre del príncipe. Hamlet, consumido por el dolor y la sospecha, se sumerge en la locura fingida para desentrañar la verdad.

Ofelia, preocupada por el cambio en Hamlet, busca comprenderlo. Mientras tanto, su hermano, Laertes, le advierte sobre los peligros del amor con Hamlet, temiendo que la use y abandone. Sin embargo, Ofelia está decidida a permanecer fiel, creyendo en la bondad de su amado.

El espectro del rey Hamlet aparece, revelando el verdadero origen de su muerte: envenenado por Claudio. Hamlet jura venganza y se sumerge aún más en su frenesí. Ofelia, testigo del tormento de su amante, lucha por mantenerse fuerte.

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La locura de Hamlet se vuelve más evidente cuando confronta a Ofelia, repudiándola con palabras crueles. Herida y confundida, Ofelia se sumerge en la tristeza. Laertes, furioso por la humillación de su hermana, jura venganza contra Hamlet.

Mientras tanto, el rey Claudio y su consejero, Polonio, conspiran para deshacerse de Hamlet. Deciden utilizar a Ofelia como cebo, enviándola a hablar con él mientras escuchan detrás de una cortina. La reunión termina en una confrontación tumultuosa, donde Hamlet acusa a Ofelia de traición y la rechaza nuevamente.

Abandonada y desconsolada, Ofelia se sumerge en la locura. Sus pensamientos se vuelven fragmentados, y encuentra consuelo solo en los cantos de las aves y en la compañía del río. Vaga entre los campos, tejiendo guirnaldas de flores y hablando en susurros con los espíritus de la naturaleza.

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La noticia de la muerte del padre de Ofelia, Polonio, llega como un golpe devastador. Su mente frágil se rompe aún más, y se sumerge completamente en la fantasía. Los habitantes del reino la observan con lástima y temor, sin comprender la profundidad de su dolor.

Laertes, regresando de Francia, se encuentra con la desolación de su hermana. Consumido por la ira y el dolor, se une a la conspiración del rey Claudio para vengarse de Hamlet. Juntos, planean una lucha mortal en la que Laertes enfrentará a Hamlet con una espada envenenada.

El día del duelo llega, y la tensión en el aire es palpable. Ofelia, ajena al peligro que acecha, flota en el río, envuelta en el éxtasis de su locura. La batalla estalla, y Laertes hiere a Hamlet con la espada envenenada. En la confusión que sigue, Ofelia emerge del agua, como una visión etérea, y ve la tragedia que se desarrolla ante sus ojos.

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Hamlet, herido de muerte, se enfrenta al rey Claudio, revelando su traición antes de sucumbir a su destino. Laertes, arrepentido de sus acciones, confiesa la conspiración y muere junto a Hamlet.

Ofelia, abandonada y sola, se sumerge una vez más en las aguas heladas del río. Su cuerpo, envuelto en el susurro de las corrientes, se desliza suavemente hacia la oscuridad. En su último suspiro, encuentra paz en la certeza de que su amor por Hamlet trascenderá más allá de la muerte.

El reino de Dinamarca, envuelto en luto y remordimiento, despide a los jóvenes amantes con lágrimas y susurros de arrepentimiento. En las orillas del río, las flores blancas flotan en la superficie, como testigos silenciosos de una tragedia que perdurará en la memoria de los hombres por generaciones venideras.

"Ophelia" de John Everett Millais es un icónico cuadro del movimiento prerrafaelita, creado en 1851-1852. Representa a Ofelia, un personaje de "Hamlet" de Shakespeare, flotando en el agua antes de su muerte. La obra está llena de simbolismo: las flores representan su locura y su destino trágico, mientras que el agua sugiere su inminente ahogamiento. Millais pasó meses pintando al aire libre para capturar la naturaleza con precisión. La atención al detalle y la intensidad emocional hacen que "Ophelia" sea una obra maestra que perdura en el tiempo, cautivando a generaciones con su belleza melancólica.

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LA OBRA

Ophelia
John Everett Millais
1852