Ya hemos contado en otras oportunidades el mito de Baco y Ariadna, y su "rescate" de la damisela abandonada por el príncipe encantador, pero no todo lo que brilla es oro y casi todo tiene su lado b y más de una interpretación. Dos artistas incluso basados en una misma historia, producían obras completamente distintas, dejando a un lado el simbolismo original y dándoles un significado distinto, a veces por creatividad, otras por contexto histórico, mensajes políticos o sociales o incluso por diversión.
Guido Reni presenta una ruptura angustiosa, una primera cita a ciegas incómoda y una princesa lo suficientemente atrevida, como para intimidar incluso a su piadoso rescatista.
Las versiones de Tiziano o Le Sueur son más simples y directas. Reni opta casi por el sarcasmo. El deslucido intento de Baco, de adoptar una pose piadosa, deja en claro que "mordió más de lo que podía masticar" en cuanto a Ariadna.
Desafortunadamente para él, ni siquiera su capa divina puede ayudarlo ahora, especialmente cuando la actitud de Ariadna indica que no planea facilitar su misión, con su gesto de "me da igual' que vengas a rescatarme. El movimiento de la mano de Ariadna y sus ojitos de fastidio, lo dicen todo. Una obra muy acorde con estos tiempos, je je.
Reni basó este cuadro en la relación más deprimente de la mitología griega. Ariadna salvó la vida de su amante Teseo en Creta, proporcionándole algunos artilugios para matar y escapar del Minotauro, que después de todo era un familiar.
El Minotauro pudo haber sido un medio toro sediento de sangre, pero también era su medio hermano después de todo. Y Teseo como lo agradeció? La abandonó en la isla de Naxos. Eso no se hace!
Ariadna, cuando se despertó de una muy necesaria siesta, estaba más sola que vegana en un asado familiar. De Teseo, ni señales, un barco apenas visible en el horizonte se alejaba... Mala señal.
Ahora, imaginemos vivir en la época en que se pintaron las primeras obras sobre esta historia, las personas que observaban estas pinturas, no deben haber estado muy entusiasmadas con que su héroe favorito fuera un cretino abandonador. En algunos versiones edulcoradas del mito, Baco ordena a Teseo que zarpe sin Ariadna. Pero, vamos, todos sabemos la verdad: nadie es perfecto y Teseo probablemente era un sinvergüenza.
Por otro lado, el dios del vino no era más que un oportunista. Baco vino a buscar el afecto de Ariadna tan pronto como los barcos zarparon de la costa, montado en un carro dorado tirado por tigres. Si su llegada, medio patética convengamos, no impresionó a Ariadna, su speech sin duda lo haría: "Aquí estoy para ti, soy un amante más fiel". (que el otro que te abandonó, podríamos agregar). Sin embargo esto alcanzó, ya sea porque Ariadna se enamora de Baco, o no lo queda otra y toma su oferta, ambos vivirían felices para siempre...
Bueno, hasta que Ariadna murió a manos de Perseo, por supuesto. Cómo ya hemos contado en La Vida es Arte, los finales felices no abundan en la mitología griega.
LA OBRA
Baco y Ariadna
Guido Reni
Fecha entre 1619 y 1620
Medio óleo sobre lienzo
Dimensiones 96,5 por 86,4 cm