El arte, desde sus albores, ha recurrido al uso de símbolos para expresar ideas, emociones y conceptos complejos. Dentro de esta vasta simbología, pocos personajes han sido tan recurrentes y significativos como Cupido y los putti. Estas figuras aladas, relacionadas con el amor, la inocencia y lo divino, han cautivado a generaciones de artistas, quienes las han plasmado en obras que abarcan desde la Antigüedad hasta el siglo XIX. Este artículo explora su simbolismo, su representación en la historia del arte y su presencia destacada en las obras de William-Adolphe Bouguereau.

los cupidos de bouguereau1

Cupido y los putti

Cupido, conocido como Eros en la mitología griega, es el dios del amor y el deseo en la tradición grecorromana. Hijo de Venus (Afrodita) y Marte (Ares), Cupido es comúnmente representado como un niño alado que porta un arco y flechas, con las cuales despierta el amor o el desamor en quienes atraviesa. Su iconografía no solo alude a la potencia y arbitrariedad del amor, sino también a su carácter impredecible y a menudo contradictorio.

Los putti, en cambio, no están directamente ligados a Cupido, aunque comparten su apariencia infantil y alada. En el arte del Renacimiento, los putti se convirtieron en figuras alegóricas que representaban conceptos variados, como la inocencia, la pureza, la alegría y, en algunos casos, la espiritualidad. Estos querubines laicos, aunque a menudo confundidos con los ángeles, no siempre tienen un carácter religioso y, en muchas ocasiones, se usan como elementos decorativos o narrativos.

los cupidos de bouguereau1

El simbolismo de Cupido y los putti en el arte

Cupido y los putti aparecen en diversas épocas y contextos, adaptándose a las necesidades simbólicas de cada período.

1. Antigüedad clásica:
En la tradición clásica, Cupido es representado como un joven hermoso y travieso, a menudo acompañado de Psique, el alma personificada. Obras como El Triunfo de Cupido, un fresco romano encontrado en Pompeya, muestran su relación con el amor carnal y espiritual. Su figura era utilizada para explorar los misterios del deseo y la atracción.

los cupidos de bouguereau1

2. Renacimiento y Barroco:
Durante el Renacimiento, los putti resurgieron como elementos decorativos y simbólicos en la pintura y la escultura. Los artistas los integraron en escenas mitológicas, religiosas e incluso cotidianas. Por ejemplo, en las obras de Rafael, como la Madonna Sixtina, los putti añaden una dimensión de inocencia y ternura al contexto religioso.

En el Barroco, artistas como Caravaggio o Rubens intensificaron su presencia para subrayar la pasión y el dramatismo en escenas mitológicas. En las obras de Rubens, Cupido a menudo aparece como una figura provocadora, instigando el deseo o guiando a los amantes hacia su destino inevitable.

los cupidos de bouguereau1

3. Neoclasicismo y Romanticismo:
En el Neoclasicismo, Cupido adquirió una faceta más idealizada, vinculada al amor virtuoso y espiritual. Artistas como Antonio Canova, en su escultura Psique reanimada por el beso de Cupido, transformaron el mito en una oda al amor eterno. Durante el Romanticismo, sin embargo, el enfoque se desplazó hacia lo emocional y lo sublime, utilizando a Cupido para explorar el amor como fuerza destructiva y redentora.

William-Adolphe Bouguereau y el encanto de los putti

Dentro de la obra de William-Adolphe Bouguereau (1825-1905), los putti adquieren un lugar preponderante. Este pintor francés, conocido por su técnica académica impecable y su predilección por los temas mitológicos y pastorales, encontró en los putti un vehículo ideal para expresar belleza, inocencia y sensualidad.

los cupidos de bouguereau1

Bouguereau recupera el simbolismo clásico de los putti y lo entrelaza con su propio lenguaje visual, donde la perfección técnica se combina con la emotividad y la narrativa. Los putti en sus obras no solo son adornos; son participantes activos que dan vida y dinamismo a las composiciones.

Bouguereau utiliza los putti para evocar tanto lo terrenal como lo celestial. Aunque su arte es profundamente académico, su representación de estos pequeños alados trasciende la técnica para explorar emociones universales como el amor, la alegría y la vulnerabilidad. En su obra, los putti son metáforas de la conexión entre lo humano y lo divino, un puente que permite a los espectadores sumergirse en un mundo idealizado de belleza y perfección.

los cupidos de bouguereau1

El impacto de Cupido y los putti en el arte trasciende su contexto histórico. Estas figuras aladas, que inicialmente representaban el poder y la fragilidad del amor, han evolucionado para simbolizar emociones más universales. En la cultura contemporánea, siguen apareciendo en tarjetas, esculturas decorativas y diseños gráficos, perpetuando su atractivo.

En la obra de Bouguereau, este legado alcanza una de sus cumbres más refinadas. A través de sus putti, el pintor no solo celebra la tradición clásica, sino que invita al espectador a reflexionar sobre la dualidad del amor: su pureza infantil y su poder transformador. En sus manos, Cupido y los putti dejan de ser simples adornos para convertirse en símbolos inmortales de la humanidad.

los cupidos de bouguereau1

Así, desde las paredes de la Roma antigua hasta los lienzos de Bouguereau, estas pequeñas figuras aladas continúan seduciendo al mundo del arte, recordándonos que el amor, en todas sus formas, es la esencia misma de nuestra existencia.