El mar y la espuma: dos elementos esenciales en los que se basan las representaciones artísticas vinculadas al nacimiento de Afrodita, ofreciendo los artistas una interpretación muy libre de los demás detalles del mito. De ahí se origina el calificativo de anadyomene ("salir del seno de las aguas") que a menudo se asocia con él. Sin embargo, son raras las representaciones que escenifican el surgimiento mismo de la diosa.
La mayoría de las Venus descritas como anadyomene por los artistas son mujeres que han completado su salida de las aguas. Se las representa de pie, desnudas y ofreciendo a observadores toda su gracia. Es particularmente emblemático de este tipo de representación. Se compone de un marco vertical en el que la joven ocupa el centro. La diosa aparece sobre una superficie espumosa y se peina el cabello en una posición que permite el estiramiento de su cuerpo y también su desvelamiento.
El tercio inferior del lienzo está cargado de putti, esos pequeños cupiditos, que la admiran y besan sus pies, o lanzan una flecha, mientras la diosa se muestra en una plácida actitud.
La obra ilustra a la perfección la función de la diosa:un canto a la belleza y el amor. Representar a Afrodita/Venus, y más aún su nacimiento, era el pretexto perfecto de los artistas para representar el cuerpo femenino en su desnudez. Aunque en la Antigüedad grecolatina, las diosas se representan vestidas. Sin embargo, Afrodita, en virtud de su calidad de diosa del amor, es la única deidad femenina que puede representarse legítimamente desnuda.
LA OBRA
Autor Jean-Auguste-Dominique Ingres
Año 1808-1848
Técnica Óleo sobre lienzo
Estilo Neoclasicismo
Tamaño 163 × 92 cm
Localización Museo Condé
Chantilly, Francia