Mi vida cambió en un abrir y cerrar de ojos, en una noche que comenzó con calma y terminó en un abismo de desesperación. Vivía en una tranquila villa cerca de Atenas, una vida sencilla pero llena de pequeñas alegrías. Mis días transcurrían entre el trabajo en el hogar y el campo, acompañada de mi familia y los vecinos. La paz que conocía se desmoronó la noche que los piratas llegaron.
En los rincones más remotos de los bosques antiguos y los paisajes exuberantes, donde los arroyos fluyen con gracia y los árboles susurran secretos ancestrales, habita un grupo de seres mágicos conocidos como las ninfas de los arroyos. Estas criaturas etéreas, nacidas de las aguas cristalinas y bendecidas por los dioses de las aguas, son guardianas de la pureza y la vitalidad de los arroyos que llaman hogar.
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